Los últimos informes meteorológicos indican una alta probabilidad de lluvia durante la carrera del domingo. Para entonces, una fuerte y extensa zona de tormentas habrá azotado Melbourne y sus alrededores, prometiendo precipitaciones considerables.
Esto provocaría algo que no ocurre desde 2010: hace mucho tiempo que el Gran Premio de Australia no se disputa bajo la lluvia, cuando Jenson Button consiguió una victoria inolvidable con McLaren.
En 2013, las fuertes lluvias también afectaron a la pista, pero en ese momento la sesión de clasificación fue cancelada por la tormenta, que tuvo que posponerse hasta el domingo por la mañana debido al asfalto inadecuado.
Este año, la lluvia amenaza la fecha del gran premio, y como hemos estado hablando de 2010 y McLaren, las posibilidades de éxito de este último han aumentado de nuevo. Además, sería la guinda del pastel si la precipitación llegara antes e interrumpiera también el sábado, lo que supondría una gran presión para Mohammed ben Sulayem, quien ha sido duramente criticado últimamente. Después de todo, si la FIA empieza a tropezar durante la tan esperada primera carrera, debilitará aún más la ya precaria posición del presidente...
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