La FIA está ahora involucrada en la investigación de la FIA sobre el caso de acoso de Christian Horner. En retrospectiva, lo que nos parecía obvio desde el principio se está volviendo cada vez más evidente: hay una lucha de poder, nada más...
Tras la primera ronda, parecía que el jefe del equipo Red Bull Racing podría conservar su puesto tras ganar la primera batalla, e incluso continuar en él con más influencia que nunca. Parecía que los intereses creados que desataron el escándalo no estaban contentos con el resultado, por lo que la ahora suspendida "mujer acosada" ha presentado nuevas denuncias y ha llevado su caso ante un organismo superior. Este no es otro que el organismo competente, la FIA...
Aunque la FIA no ha confirmado que el empleado de Red Bull se haya quejado de Horner, ha emitido un comunicado en el que afirma que no tiene forma de confirmar ni desmentir dichas informaciones mientras investigan, si es que investigan. De no ser así, ¿por qué habrían reaccionado?
El protocolo de la FIA establece que dichas solicitudes y quejas deben remitirse al comisionado designado o, en casos más graves, al comité de ética, que se encarga de estos asuntos. Ambos organismos operan de forma anónima y garantizan la estricta confidencialidad y el anonimato del procedimiento. Por esta razón, no podemos debatir lo que está sucediendo ni comentar el caso en su totalidad .
Aunque Horner puede esperar el resultado, una cosa es casi segura: el Gran Premio de Australia no será la carrera donde los cerebros de toda esta avalancha consigan eliminarlo. Es decir, si es que lo consiguen...