Lo que prometía ser una victoria tranquila de principio a fin resultó ser una carrera emocionante y de infarto, que Carlos Sainz ganó con una actuación sensacional.
Tras la salida, parecía que iba a ser la carrera más aburrida de la temporada, pero la vida se encargó de que no lo fuera. Max Verstappen tuvo una salida impecable, pero Carlos Sainz le siguió, adelantándolo en la segunda vuelta, justo en la primera apertura del DRS. Algo le pasaba a Verstappen, cuyo coche empezó a echar humo y, tras unas curvas, se convertía en densas nubes.
El piloto de Red Bull se vio obligado a retirarse debido a un fallo en los frenos, lo que dio a sus rivales una oportunidad inesperada. Mientras tanto, Sainz tomó la delantera y continuó aumentando su ventaja, con su compañero de equipo alcanzándola poco después. Poco a poco llegamos al primer pit lane, que Lewis Hamilton abrió. Pero el británico no aguantó mucho en la dura etapa mixta, ya que también se vio obligado a retirarse debido a un fallo de motor. La fase VSC impuesta por el incidente fue la mejor para Fernando Alonso, quien se encontró justo detrás de los líderes gracias a una inteligente parada en boxes. La lucha tras los primeros clasificados también podría decirnos mucho sobre Sergio Pérez, cuyo Red Bull Racing ya no es un líder mundial, pero no sobre la Scuderia Ferrari de Sainz, quien había acumulado tal ventaja que un error técnico fue prácticamente lo único que podría haberle privado de la victoria.
McLaren también remontaba con buen pie, logrando discretamente la segunda y tercera posición y alcanzando a Lando Norris y Oscar Piastri para su primer podio de la temporada. Esto era lo único que quedaba por decidir en las últimas vueltas de la carrera, ya que todo lo demás ya estaba decidido. Como resultado, Carlos Sainz, en una auténtica demostración de deportividad, ganó el Gran Premio de Australia por delante de Charles Leclerc y Lando Norris, mientras que Max Verstappen puede estar molesto...
